Estos días (un relato)


¡Y zaaaz! ¡Cuash! ¡Bbbrrr!

El pendejo del taxista no vio un tope y lo pasó a setenta. Abrí los ojos como si un trueno me hubiera penetrado y mi manita se cayó de la agarradera de la parte de arriba del coche. El taxi retumbó con la fuerza de cinco gigantes. Mis camaradas mexicanos también venían durmiendo. Le echamos una mirada fea al chofer, y nos volvimos a dormir.

¡Ay mi dolor! ¡Ay mi dolor que sentí cuando no encontraba mi billete!

En la mañana me compré unos wafles con Nutella y fresas. Lamí el plato de unicel mientras unas niñas se me quedaban viendo aterradas.

─!Pinche taxista! ¡Maneja del culo! ─ pensé, mientras me bajaba del Jeta 2015 blanco. Al final sí encontré el billete en una parte recóndita de mi cartera.

Es bonito patear piedras y llevarlas a tu casa, ¿no? Es bien bonito ver tu sombra y la de tu sudadera y la de tu mochila mientras la persigues.

Ay, ay, yo abrazaba mi mochila, yo la abrazaba como si fuera la única cosa de este país.

Luego no encontraba mis llaves y el corazón se me fue hasta la estrella más lejana y volví a decir “¡Ay, ay!”. Las tenía en la mano. Entré a mi casita. Mi pancita temblaba. Fui al baño, y paso tras paso empecé a acelerar hasta alcanzar la velocidad de un jaguar; pude llegar y hacer mis deberes. ¡No vuelvo a comer Nutella con fresas!

         Después de que comí los wafles me regresé a mi salón y me senté con las patas subidas a la banca. Agarré unas mentitas y unos Dragoncitos que tenía en la bolsa y los machaqué juntos; luego procedí  delicadamente a inhalarlos por la nariz. Arranqué una hoja de mi cuaderno y, como un caballero, limpié y saniticé mi nariz con la astucia de un mayordomo. 


         Cuando acabé de cagar me quedé jugando un jueguito allí sentado. Se me durmieron las piernas y entonces me limpié y me paré. Ya me iba saliendo del baño y gracias a Dios me acordé de lavarme las manos, y hasta pena me di a mí mismo. ¡Ay! ¡Qué tonto ando estos días!

         Un día de estos voy a hacer las cosas bien. Un día.

Una vuelta en U. Un puesto de cocos debajo de un puente. Una hilera de pasto del feo saliendo del cemento, bien feo. Qué feo es aquí. ¡Qué feos son todos! ¡La ventana toda cochina y este gordo pendejo ya se me está durmiendo en el hombro!

 


Yo te voy a olvidar

Yo te voy a olvidar

 Y yo movía la cabeza y las patas al ritmo, y cerraba los ojos para disfrutar el momento aún más. Luego hacía como que me desvestía para provocarme a mí mismo.

¡Ay!

Se rieron, me apuntaron con sus estúpidos y sucios dedos solamente para decirme:

─ ¡Pinche estúpido!

Mientras, yo arrancaba más hojas de mi libreta para limpiar el agua que tiré en el azulejo del salón.

 

Abrí una lata de atún y me puse a comer (acuérdate que sí me lavé las manos). ¡Qué rápido me la tragué! La mayonesa ya se había acabado, pero igual con galletitas sabía bien.

    Luego de que limpié el agua me compré un Kat-Kit.

─Hubiera ido a comprar mayonesa─ recapacité.

Ya que me salgo de la escuela y que me quito el cubrebocas. Yo dije:

─Ahhhh.

Respiré con muchas juerzas. Caminé un par de cuadras mientras analizaba el suelo con una concentración inconmensurable. El que pisara línea es gei.

Y mientras caminaba me sorprendió un perrito demasiado hermoso para no tener collar. Me agaché y lo miré con mirada consoladora mientras sus ojos rezaban por un hueso de pollo. Me quedé unos 10 minutos hablando con él. Quién sabe que me haiga querido decir. Fue un encuentro ciertamente hermoso. Apenas hace dos días descubrí que me pasó las pulgas ese pinche traicionero.

No compré la mayonesa, pero acuérdate que un día de estos voy a hacer las cosas bien.

Con mucha tristeza dejé al perro ahí solito y me encaminé a la parada y tomé al taxi y me subí. Yo quería apreciar el milagro del motor y concentrarme en el camino, pero la vida me ganó y cerré un ojito, y luego cerré otro. ¡Ay! ¡Y pensé en ella todo el camino! Mis ojos solo captaban negro, pero yo te veía a ti. Y lo recordé a usted también. ¡No sé si estoy perdiendo capacidad cognitiva! Pero como verso lo podría repetir:

Un día de estos voy a hacer las cosas bien

Un día de estos voy a hacer las cosas bien

Un día de estos voy a hacer las cosas bien

Así que finalmente el mundo lo logró, y quedé inmerso en el sueño. No me di cuenta de que aún tenía la mano posada en la agarradera del techo del Jeta 2015 blanco.

Y en eso ¡Zaaaz! ¡Cuash! ¡Bbbrrr!




-alan

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Intentos expresivos. Sueño digital y contrapeso a mi propia estupidez.

"Me cambiaron de celda. Desde ésta, cuando me tiendo, veo el cielo, nada más que el cielo. Todos los días transcurren mientras miro en su rostro el declinar de los colores que llevan del día a la noche." "Kinky, nasty y aunque sea fancy Se pone cranky si lo hago romantic Le gusta el sexo en exceso Y en el proceso me pide un beso". "Vi mi cara y mis vísceras, vi tu cara, y sentí vértigo y lloré, porque mis ojos habían visto ese objeto secreto y conjetural, cuyo nombre usurpan los hombres, que ningún hombre ha mirado: el inconcebible universo."