Abaut

       ¿Qué es esto?

AGGHH... PINTANDO EN CALZONES. Un espacio donde hablamos de música, artes visuales y siensia. También podrá encontrar un poco de literatura novata. Esperamos recuperar -hasta donde nuestras capacidades lo permitan- el poder de la palabra, poniendo en practica la escritura y la argumentación en busca de encontrar cierta apreciación estética dentro de este aparente infértil y gris mundo que nos tocó habitar; y al mismo tiempo intentar explicar dicho mundo. Dibujos y cómics en el Instagram y videos mal hechos en el canal de YouTube. 

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Antecedente - motivo causal

En su especial “Make Happy”, de 2016, Bo Burnham se detiene un momento para reflexionar acerca de… bueno:

    “Si miro a los jóvenes, y siento que… yo nací en 1990 y fui criado en los Estados Unidos cuando era un culto de la autoexpresión. Me enseñaron a expresarme y 'tengo cosas que decir' y 'a todo el mundo le importa'. Creo que a todos nos enseñaron eso, y la mayoría nos enteramos de que a nadie le importa una mierda lo que pensamos.

        […]

    Dicen que es la generación del 'yo', pero no lo es. La arrogancia se enseña o se cultivó. Es la autoconsciencia, eso es. Las redes sociales son la respuesta del mercado a una generación que quiere actuar (perform), así que el mercado dijo 'tengan, actúen todo lo que quieran, los unos a los otros, todo el tiempo y sin alguna razón'. Es una prisión, es horrible. Son el artista y la audiencia derritiéndose juntos… ¿Qué queremos más que tirarnos en la cama al final del día y ver nuestra vida como miembro satisfecho de la audiencia? Sé muy poco sobre cualquier cosa, pero lo que sí sé es que si puedes vivir la vida sin una audiencia… deberías hacerlo.”

    Algo muy normal de parte de una persona a la que las relaciones parasociales le han dejado ataques de ansiedad en el escenario.

    "Yo nací no hace mucho cuando el internet ya estaba dominando el mundo", o eso se me ocurrió decir hace un par de años con voz de loquendo en un video de Star Wars. Muy original, ni lo menciones. Y lo que más he aprendido durante todos estos años en la interweb es mi propia importancia como individuo: la importancia de mi propia voz (no cómo crearla), la importancia de mi exquisito gusto en materia musical o de cine, la importancia de mis opiniones y de mi poder retórico para expresarme, la importancia de tener un buen set de argumentos preparados para callar a cualquier pro-vida, algún fanático religioso o algún creyente de la astrología. Y ya. Si me dejo a la deriva, eso es lo único que he obtenido de la mejor etapa de la humanidad, de la cumbre del desarrollo humano.

    Voy a darme el gusto de contar una pequeña anécdota: Era el caluroso 2015, y un niño de primaria basaba su vida en el disfrute del helado de la salida, de los Astridix y de jugar Minecraft y Geometry Dash en el salón cuando la maestra se salía a platicar con sus compañeros para matar el día. Y sé que ya lo estás sospechando: en efecto, yo no quería ser astronauta, yo quería ser yutuber. Qué te puedo decir, es lo que me enseñaron. El sistema de influencers, desde que inició, se ha basado en obtener una audiencia que te vea solo para aspirar a ser como tú. ¿Por qué otra razón alguien en pleno uso de su libertad optaría por ver un video de 20 minutos de un hombre de 30 años haciendo un roomtour por su habitación llena de Funkos y de otra serie interminable de objetos de consumo?

    Aprendí a consumir (o al menos a querer hacerlo); aprendí de “tecnología”— no por curiosidad, sino porque de tanto ver videos superfluos de reviews de celulares que nunca iba a poder pagar, finalmente algo se me quedó pegado; aprendí a querer ser artista, pero nunca a hacer arte; y más importante que nada, aprendí que lo más valioso que alguien podría tener jamás es la oportunidad de ser escuchado, de ser respetado y valioso a través de decir mamadas enfrente de una cámara (o ahora, un micrófono). ¿Tenía algo muy importante que decir? ¿Tenía algo de valor para el resto del mundo? Todos sabemos la respuesta. Fui simplemente otra victima del mercado y de su necesidad de crear almas que estén dispuestas a chutarse anuncios con tal de aprender los 15 nuevos consejos para empezar en YouTube 2016 (VER DESCRIPCIÓN) | HD.

    Y parecería que simplemente estoy divagando, arrojando puntos sin ningún centro en común por aquí y por allá. Y eso es cierto. Esto es una especie de intento de justificar la existencia de este proyecto. Hay un mar eterno de miles y miles de blogs y canales de YouTube que están desesperados por decir algo y por ser escuchados en el proceso, un mar lleno de talento y de arte que podría apostar mi pie derecho a que vale la pena ser visto. Pero nadie lo está viendo, ni yo. Estamos saturados de información, saturados de imágenes y de opiniones de gentes que nunca vamos a conocer en persona. Y aquí estamos para saturarlo aún más. Empezando con un fondo en blanco, empezando con los medios que tengamos a la mano (Blogger y Kinemaster). Usando todo canal existente al que tengamos acceso para expresar lo que sucede dentro de nuestro feo cráneo. Porque he pintado todo muy mal hasta este punto, pero todos conocemos canales geniales de YouTube, todos conocemos esos rincones de luz en los que encontramos verdadero valor en infinitas formas y con infinitos matices. Me he dado cuenta de que la capitalización de uno de los valores más abstractos del arte— la expresión— como que arruina un poco toda la magia. La expresión genuina, espero, conserva algo digno de ser leído, escuchado o visto.

    Así que acompáñanos a pintar en calzones. Para toda técnica de dibujo. Para todo medio. Para todo aquel que tenga algo provechoso que decir. Libre de ácido.

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ADVERTENCIA

Esto no es una guía de cómo vivir ni una maquina expendedora de verdades; cuando haya datos científicos duros será obvia su aparición y estarán citadas todas las argumentaciones basadas en dichos datos, fuera de eso, en este pequeño proyecto no hay nada más que reflexiones y conclusiones que subyacen de simples observaciones empíricas. Es entretenimiento con (espero) posturas interesantes y fuentes bibliográficas que vale la pena revisar, pues.