¿Qué daño pueden tener los pensamientos? (de Monrugi)
Sus pensamientos la perseguían todo el tiempo, cuando la alcanzaban no la dejaban respirar, quería soltarlos, gritar y llorar, pero no podía hacer eso porque les daba poder; así que solo se ponía los audífonos y reproducía música lo más fuerte que podía, cerraba los ojos, apretaba sus manos fuertemente y escuchaba como la música fluía por sus oídos, intentando no darle importancia a lo que le decía su mente.
En ese momento eran más pesados que nunca, le repetían
una y otra vez la pelea que había tenido, la hacían sentir que se alegraría si a
su “amiga” le pasara algo malo, pero al mismo tiempo le decían como iba a
arrepentirse de haberle hablado de esa forma si le pasaba algo, como todos se
enterarían de que cualquier cosa que les pasara era su culpa.
Sabía que tenía que dejar de pensar en eso, ya que si
seguía haciéndolo iba a terminar pasando, odiaba su poder, sentía envidia de
todos los que tenían poderes tan magníficos y como los podían controlar tan
bien; mientras, ella terminaba sintiendo que su mente nunca era completamente
suya.
Pero por más que lo intentaba no podía dejarlos de lado, así
que salió de la plaza en la que había estado y se dirigió al estacionamiento,
le seguían llegando pensamientos de los más crueles a los más dolorosos, tenía
demasiado encima y sabía que no iba a poder contenerlo más, asi que se apresuró
a su coche, saco sus llaves, prendió la radio y puso la música lo más fuerte
que pudo, pero algo diferente paso esta vez, todo lo que había pasado era
demasiado y en un momento escucho un pensamiento más fuerte que todos “si ella
te traiciono, ¿Por qué te tiene que importar lo que le pase?, que se pudra” y
cuando se dio cuenta de lo que había pasado, intento salvarla; pensar que por
más dolor que le había causado no se lo merecía, lo intentó con todas sus
fuerzas sabiendo que nunca había podido controlarlos pero que esta vez podría
ser diferente.
Escuchó un golpe en su ventana, así que volteo y vio a
Victoria recargada en su coche.
–Irena por favor podemos hablar, sin que intentes huir. –dijo
Victoria.
–¡No me hables ahora! –grito Irena, mientras se volteaba
e intentaba volverse a concentrar.
–De verdad lo siento muchísimo, no sé qué estaba pensando. No debí meterme con tu novio.
–¡Te dije que no me distraigas ahora! –se sentía
desesperada sabía que se le acababa el tiempo.
–Perdón de v… –cuando dejo de hablar Irena se asustó, así
que volteo a verla, lo que vio la horrorizó Victoria en vez de tener su
bronceado natural, su piel se volvió grisácea le empezaron a salir manchas
verdes y azules por todo su cuerpo, su cuerpo se llenó de bichos, se veía tan
asquerosa que no pudo soportarlo, así que arranco su coche y se largó de ahí.
Sintió un dolor en todo el cuerpo, eso lo había provocado ella, era un peligro para todas las personas que amara y nunca iba a poderlo controlar, así que tomo una decisión, se concentró y fue la única vez que controlo su poder completamente, escucho un pensamiento más fuerte que todos:
“quiero dejar de existir”
-Por Monrugi
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